La escenografía y decorados de los videojuegos es parte
fundamental. En ellos discurren los personajes y refulgen batallas
épicas y vivencias irrepetibles. Dejando a un lado los mundos
fantásticos, las ambientaciones «steampunk»
han conquistado el mercado de los videojuegos. Esta temática, que
muestra tecnologías anacrónicas y futuristas, ha pasado de la cultura,
el arte, la arquitectura y la moda a adentrarse en los universos
virtuales.
Inspirado en los visionarios trabajos de autores como Julio Verne o H.G. Wells,
este subgénero literario nacido en la ciencia ficción cada vez cobra
mayor importancia en este mercado, que mueve más dinero que la música y
el cine juntos. «The Eidolon»
fue, en 1985, uno de los primeros títulos en recoger esta estructura.
Se trataba de un título de disparos en primera persona diseñado para
plataformas como Commodore 64 o Atari, pero daba pequeñas pinceladas de
su posición.
The Eidolon (1985)
Al igual que este, años después (pocos, la verdad, pero muchos en términos tecnológicos) llegaría «Steel Empire»,
en 1992, en donde emergían grandes zepelines o aviones sobre fortalezas
con tintes medievales, recorriendo cerca blindados trenes. Este título
de desplazamiento lateral llegaba con fuerza a la consola de Sega. Un
año después se presentaría «The Chaos Engine» que, en ciertos sentidos,
se inspiraba en el libro «La máquina diferencial», escrito por William Gibson y Bruce Sterling,
cuya trama retrataba una época victoriana muy industrializada, y todo
gracia a sus artilugios futuristas como extrañas formas de armamento.
No fue hasta la llegada de «Thief: the dark project»,
en 1998, cuando cobró mayor importancia esta estética oscura y
asombrosa que recrea auténticas y sorprendentes pasajes. El ladrón, que ha renacido con soltura en una nueva versión creada para la consola de nueva generación PlayStation 4,
se apoyaba en una ciudad que unía dos conceptos: medieval pero
industrializada. Haciendo uso de reminiscencias «steampunk» para la
ambientación, Garret podía apagar las luces encendidas desde la red
eléctrica desde un interruptor o, en su sigilosa aventura, encontrarse
con farolas.
Thief: the dark project (1998)
Thief (2014)
Más radical en su conjunto, «Arcanum of steamworks and magick obscura»
se asomaba a un aspecto extraño donde seres nacidos de mundos de
fantasía como orcos y enanos paseaban por una sociedad en plena
revolución industrial. Lanzado en 2001, este título que explora el mundo
abierto supuesto una auténtica sorpresa para la época, al igual que «Rise of Nations: Rise of Legends»,
juego de estrategia en tiempo real diseñado para ordenador y que su
facción Vinci se inspiraba en esta ambientación, al igual que la saga «Syberia»,
una aventura gráfica en tercera persona y está repleto de enigmas y
misterios. Con una estética que mezcla el western y el «steampunk», el
«shooter» en tercera persona «Damnation» se publicó en 2009. Tampoco hay que olvidarlo.
La popular y exitosa saga «BioShock» es el mejor ejemplo en
la actualidad de recreaciones de escenarios retros mezclando
modernidad. La última entrega, «BioShock: Infinite»,
que ficciona con todo lujo de detalles, llena de contrastes y de manera
magistral una Columbia de finales del siglo XIX en la que aparecen
artilugios y máquinas, no es solo un gran título de videojuegos. Es el
mejor y más claro ejemplo de cómo va cobrando, cada vez más, fuerza esta
definición. Su estética, su historia y su diseño bien le ha valido para
ser uno de los mejores juego de los últimos años. Con aires similares
aparece, aunque solo para ordenador, «City of heroes», un título multijugador que recrea tiras cómicas de superhéroes. Aquí aparecen aparatos que permiten, incluso, al jugador volar.
BioShock: Infinite (2013)
En 2013 también apareció «Amnesia: a machine of pigs», una
secuela que introduce elementos «steampunk»: lámparas de toda clase se
cuelan en este título de terror en primera persona, o «Edge of twilight»,
en su propósito de mezclar aires apocalípticos con una visión histórica
muy ficcionada. En la vida real, la Revolución Industrial dio origen a
las invenciones importantes, tales como la máquina de vapor y el
telégrafo. Pero en la neovictoriana Londres de «The Order 1886»,
título que saldrá a lo largo del presente año, reconstruyen ejércitos
de aeronaves y armas futuristas incluso hoy en día, algunas de las
cuales disparan rayos eléctricos. Sin embargo, y pese a estos avances,
desde la compañía Ready at Dawn han descartado que se trate de una
estética «steampunk». Habrá que comprobarlo.
The Order 1886
Nota original escrita por J.M. Sanchez y publicada en el diario ABC de España
NOTA ADICIONAL DE PCGAMES.
En el articulo se notan grandes ausencias, aun asi la nota es de gran valor para el gamer tradicional o para el que tiene poca relacion con botonoes y consolas.
Adicionando a la nota, hay que recordar tambien a "Dishonored", esa maravilla steampunk de intriga palaciega, traiciones y mansiones,
que se convirtió en hit del estudio francés Arkane Studios, es una metáfora
alevosamente flashera sobre el destino, a la vez que una fábula que
desafía permanentemente lo naïf. (...) El otro point del juego es artístico: al margen de la notable calidad de
texturas y toda la sarasa técnica, el desarrollo de arte es una
soberbia construcción steampunk de lujos y vulgaridades
portuarios-urbanos, más deudora de Herman Melville y de Julio Verne que
de Tim Burton o Lewis Carroll. Incluso cuando tiene una asombrosa
capacidad como fuente flashera.
Dishonored (2012)
Tambien el RPG "Torchlight 2" del 2012, una obra maestra que merece jugarse por toda su vena estetica y por su gran jugabilidad.
Torchlight 2 (2012)
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