La fabulosa aventura gráfica de LucasArts vuelve embellecida para PS4.
Por Facundo Enrique Soler en la revista No de Pagina/12
Los “fichines para pensar”, mejor conocidos como “aventuras gráficas”, tuvieron su edad dorada en los ‘90. Y la mejor de todas esas entregas fue Grim Fandango, primera en implementar el sistema GrimE de polígonos 3D que interactúan entre sí. Esta maravilla salió de las filas de LucasArts, la empresa que desarrolló Monkey Island, y este año tuvo su vuelta con edición Remastared para PS4, la consola más avanzada del momento.
El retorcido asunto de volver a la tierra de los muertos para darle una mano a Manny Calavera en su noble revolución puso una vez más a jugadores de todo el mundo a rascarse los sesos para saber qué acción desencadenará el siguiente resultado. La versión “remasterizada” entregó una calidad superior en gráficos y sonido, una labor casi milimétrica de Double Fine. Pero el verdadero motivo de traer de nuevo al Grim Fandango es aceptar que es un juego que no puede envejecer, una norma un tanto particular en un ambiente donde todo queda viejo a los pocos meses (o días o minutos).
La aventura que emprende Manny, ambientada por el Día de los Muertos y diseños basados en la obra del artista mexicano José Guadalupe Posada, es una obra maestra de esos fichines en los que nada está claro y todo puede ser la deducción acertada. En entregas como Monkey Island o Indiana Jones And The Fate of Atlantis, era un poco obvio por dónde seguir a la hora de resolver los enigmas que envolvían a Guybrush o al bueno de Indy. El caso de Grim Fandango es todo lo contrario: el jugador puede estar media hora razonando cómo usar un globo desinflado para hackear un anticuado sistema de correo interno. Es un juego complicado, pero al mismo tiempo seductor.
“En vez de resaltar los objetos a los que hay que dirigirse en el juego, desarrollamos que Manny los mire fijo cuando pasa cerca de ellos”, explica Tim Schaffer, responsable ayer y hoy de Grim Fandango, en un documental sobre su criatura. Ese detalle de dificultad después se replicó en juegos como Resident Evil o Silent Hill, y fue una manera de acostumbrar al gamer a guiarse por los sentidos de su personaje y no por detalles obvios.
Grim Fandango Remastered hace justicia ante el escaso éxito de ventas que tuvo la versión original con su lanzamiento, hace 17 años, en relación con la enorme calidad de su contenido, reconocido por críticos del palo como uno de los mejores juegos de la historia. Sólo resta comenzar la larga travesía de llegar al Noveno Infierno con un agente de ventas que mezcla las cualidades de Carlín, Cantinflas y Rick Blaine.
Por Facundo Enrique Soler en la revista No de Pagina/12
Los “fichines para pensar”, mejor conocidos como “aventuras gráficas”, tuvieron su edad dorada en los ‘90. Y la mejor de todas esas entregas fue Grim Fandango, primera en implementar el sistema GrimE de polígonos 3D que interactúan entre sí. Esta maravilla salió de las filas de LucasArts, la empresa que desarrolló Monkey Island, y este año tuvo su vuelta con edición Remastared para PS4, la consola más avanzada del momento.
El retorcido asunto de volver a la tierra de los muertos para darle una mano a Manny Calavera en su noble revolución puso una vez más a jugadores de todo el mundo a rascarse los sesos para saber qué acción desencadenará el siguiente resultado. La versión “remasterizada” entregó una calidad superior en gráficos y sonido, una labor casi milimétrica de Double Fine. Pero el verdadero motivo de traer de nuevo al Grim Fandango es aceptar que es un juego que no puede envejecer, una norma un tanto particular en un ambiente donde todo queda viejo a los pocos meses (o días o minutos).
La aventura que emprende Manny, ambientada por el Día de los Muertos y diseños basados en la obra del artista mexicano José Guadalupe Posada, es una obra maestra de esos fichines en los que nada está claro y todo puede ser la deducción acertada. En entregas como Monkey Island o Indiana Jones And The Fate of Atlantis, era un poco obvio por dónde seguir a la hora de resolver los enigmas que envolvían a Guybrush o al bueno de Indy. El caso de Grim Fandango es todo lo contrario: el jugador puede estar media hora razonando cómo usar un globo desinflado para hackear un anticuado sistema de correo interno. Es un juego complicado, pero al mismo tiempo seductor.
“En vez de resaltar los objetos a los que hay que dirigirse en el juego, desarrollamos que Manny los mire fijo cuando pasa cerca de ellos”, explica Tim Schaffer, responsable ayer y hoy de Grim Fandango, en un documental sobre su criatura. Ese detalle de dificultad después se replicó en juegos como Resident Evil o Silent Hill, y fue una manera de acostumbrar al gamer a guiarse por los sentidos de su personaje y no por detalles obvios.
Grim Fandango Remastered hace justicia ante el escaso éxito de ventas que tuvo la versión original con su lanzamiento, hace 17 años, en relación con la enorme calidad de su contenido, reconocido por críticos del palo como uno de los mejores juegos de la historia. Sólo resta comenzar la larga travesía de llegar al Noveno Infierno con un agente de ventas que mezcla las cualidades de Carlín, Cantinflas y Rick Blaine.
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