Nuevos estudios realizados
por la Universidad de Stanford han determinado que la combinación de
cables de cobre y grafeno podría ser una de las próximas revoluciones
dentro del mundo de los microprocesadores.
Esa combinación
permitiría controlar la conductividad del grafeno sin sacrificar una
mejora de rendimiento que podría llegar hasta el 30%, aunque el problema
de la fabricación en masa del grafeno sigue siendo un obstáculo para
este tipo de proyectos tan ambiciosos.
La mejora de rendimiento es
posible gracias al efecto que tiene el grafeno en el cobre, mejorando
su estructura y la conductividad del calor. Interesante, pero
lamentablemente de momento es sólo un estudio para algo que podría
llegar dentro de muchos años.
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